Actualmente, México enfrenta un problema de inseguridad, un tema que es de gran importancia y que afecta principalmente la tranquilidad y el bienestar de los mexicanos. Sin embargo, los esfuerzos tecnológicos de las últimas décadas han cambiado el panorama para los cuerpos de seguridad pública que combaten este tipo de delitos.
En este artículo revisaremos la magnitud del problema de inseguridad en México, la percepción de seguridad de la población y cómo los sistemas inteligentes pueden ayudar a prevenir y combatir el delito.
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De acuerdo con la Encuesta Nacional De Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, 26.3% de los hogares mexicanos fueron víctimas de algún delito durante el segundo semestre del 2022. Este es un problema comúnmente conocido dentro de la sociedad mexicana, en la que las actividades cotidianas pueden resultar un peligro para una cuarta parte de la población. Además, la ENSU también estima que, en el último trimestre del año pasado, el 68.8% de la población a nivel nacional sale de su casa al menos una vez al día. De ellos, más de la mitad (63.7%) declaró haberse sentido insegura diariamente.
En este sentido, en 2021 hubo 24,000 víctimas de delitos por cada 100,000 ciudadanos del país, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE). De acuerdo con estas cifras, aproximadamente uno de cada cuatro ciudadanos fue víctima de algún tipo de delito durante ese año.
Si bien los estados con más delitos, según el ENVIPE, son el Estado de México, la Ciudad de México, Aguascalientes, Baja California y Tabasco, los delitos en México no son endémicos de una determinada zona, ni de una determinada población. Ocurren todos los días tanto en las ciudades como en el medio rural y su cantidad y frecuencia tienden a sobresaturar a las diferentes policías del país, dificultando su respuesta y efectividad.
En general, la población mexicana tiene que lidiar y convivir a diario con el preocupante estado de la seguridad en las calles, carreteras, lugares públicos e incluso en sus barrios y hogares. Aunque el gobierno ha tomado algunas medidas como la videovigilancia o un mejor alumbrado público para tratar de proteger a los ciudadanos de México, los niveles de delincuencia han incrementado en los últimos dos años.
Teniendo todo esto en cuenta, no debería sorprender que, durante el último trimestre de 2022, el 64.2% de la población total del país considerase que la ciudad en la que vivía era insegura. Estas cifras están estrechamente relacionadas con la ENSU del INEGI, la cual arrojó que, en 2021, 61.2% de los ciudadanos mayores de 18 años consideraba que la inseguridad era el problema más importante para el país en la actualidad, seguido de cerca por la inflación (39.6%) y el desempleo (32.1%).
Los lugares en los que la gente se siente menos segura son los cajeros automáticos, el transporte público, el banco, la calle y la vía pública. Estos son lugares comúnmente utilizados por los ciudadanos todos los días.
Fuente: INEGI
El ambiente de delincuencia, violencia y miedo que permea en la sociedad mexicana afecta a los ciudadanos induciéndoles estrés y ansiedad que no tienen más remedio que enfrentar y aprender a sobrellevar, para poder seguir viviendo sus vidas y realizar sus tareas cotidianas. También existe una falta de confianza compartida en las autoridades para resolver estos delitos ya que, la mayoría de las veces, los cuerpos policiales carecen de recursos tanto para prevenir los delitos como para llevar las investigaciones hasta el final.
El número de delitos en México es alarmantemente alto. Según el ENVIPE, se estima que, durante 2021, se perpetraron 28.1 millones de delitos a escala nacional. De estos, los delitos más comunes fueron los siguientes: robo o asalto a mano armada, fraude, extorsión, robo de vehículo, entre otros.
Fuente: INEGI
La mayoría de estos delitos se perpetraron dentro del entorno urbano y, del total de delitos, el 38.1% se realizaron con algún tipo de arma y estando la víctima presente. En la Ciudad de México, la mitad de los delitos se realizaron de esta manera, mientras que en el Estado de México la estadística asciende a 54%. Cabe mencionar que el INEGI no toma en cuenta otros delitos como delincuencia organizada, narcotráfico, trata de personas o tráfico de armas.
En relación al total de delitos a escala nacional, los estados con más delitos totales durante 2021 fueron los siguientes: Estado de México, Ciudad de México, Puebla, Tabasco y Nuevo León.
Para poner las cosas en perspectiva, el Estado de México tiene una cifra de 45 mil 500 delitos por cada 100 mil habitantes, mientras que la cifra de Nuevo León es de 34,000 delitos. Las cifras del Estado de México se acercan preocupantemente a la estadística del 50%, lo que significaría que casi 1 de cada 2 habitantes fue víctima de algún delito durante 2021 en ese estado.
Por otro lado, el estado con menos delitos en ese año, según los informes del INEGI, fue Chiapas, con solo 16.000 delitos por cada 100.000 habitantes. Si bien se trata de una cifra comparativamente baja, no deja de ser un número significativo de delitos, y no debe desestimarse como trivial.
Económicamente, todos estos delitos han supuesto un costo total aproximado de 278.9 millones de pesos para las víctimas, con una media de 7.147 pesos por víctima. Aunque pueda parecer una cantidad aparentemente pequeña para la gente de clase media y alta, eso es cerca de un mes entero de salario para una persona de las clases bajas.
Como hemos señalado, el robo total o parcial de vehículos es uno de los delitos más comunes en México. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2021, el 10.8% del total de delitos a nivel nacional fueron de esta naturaleza. En ese año, el número de vehículos robados ascendió a 141,423 en todo el país, mientras que en 2022 se registró una pequeña reducción en esta cantidad, ya que se cometieron un total de 138,845 delitos de robo de vehículos.
Sin embargo, si hablamos de motocicletas, el número de robos fue superior, ya que subió de 32,568 en 2021 a 36,901 en 2022. De los robos de motocicletas del año pasado, 9,157 se realizaron con algún tipo de violencia, bien a punta de pistola, con arma blanca o con otros medios que supusieron una amenaza para la vida e integridad de las víctimas, según el SESNSP.
El aumento del número de motocicletas robadas está fuertemente ligado a la creciente popularidad de este vehículo automotor de dos ruedas, que pasó de 2.9 millones de unidades en todo el país en 2015 a casi duplicarse en 2021 hasta alcanzar los 5.9 millones. Algunas de las razones de este aumento en las cifras son su bajo costo, el ahorro de gasolina y su tamaño, ya que pueden evitar la mayor parte del tráfico y requieren lugares de estacionamiento más pequeños, lo que resulta muy conveniente para gran parte de la población, incluyendo los delincuentes.
De hecho, existe una fuerte correlación en varios estados de la República Mexicana entre el robo de motocicletas y el aumento de delitos cometidos utilizando una motocicleta. Un estudio comparativo realizado en 2022 por Algotive, ha concluido que el robo de motocicletas es uno de los principales puntos de entrada a otros delitos. Existe, por ejemplo, una correlación entre el robo de estos vehículos y el aumento de homicidios cometidos por motociclistas.
Algunos gobiernos de México han tratado de abordar este problema mediante la implementación de videovigilancia en puntos específicos alrededor de las ciudades; sin embargo, solo hay unos cuantos humanos a cargo de vigilar estas multitudes de cámaras. Esta estrategia no ha funcionado como se esperaba. Aun así, se podrían hacer algunas cosas para que los C4 o C5 fueran más eficaces.
La tecnología y sus avances tienen un papel importante en las ciudades del futuro y en la forma de enfrentarse a delitos como el robo de motocicletas. Por ejemplo, en muchas ciudades del mundo se ha aumentado la inversión en videovigilancia para detectar delitos. En la Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo, Baja California o Yucatán han colocado cámaras en puntos estratégicos de las ciudades para vigilar el ir y venir de vehículos y ciudadanos. Sólo Ciudad de México cuenta con la impresionante cifra de 64.807 cámaras repartidas por sus calles.
Sin embargo, las cámaras por sí solas no bastan para prevenir y detectar delitos, como puede deducirse del alarmante número que se cometen en las ciudades mexicanas.
Esto se debe en parte a que el sistema de videovigilancia y sus métodos no han cambiado en los últimos 80 años. Estos sistemas suelen constar de uno o varios policías cuyo trabajo consiste en observar un gran número de pantallas simultáneamente. Esto significa que una sola persona debe ocuparse de mucha información al mismo tiempo y que su atención no puede mantenerse indefinidamente. Los estudios demuestran que, tras 22 minutos de vigilancia ininterrumpida, el ojo humano se vuelve ciego ante al menos el 95% de la información de video.
Especialmente cuando se trata de delitos cometidos con motocicletas, las cámaras normales no son suficientes porque se mueven rápidamente en medio de otros vehículos y son más difíciles de detectar debido a su tamaño y al de sus matrículas.
Por ello, la implantación de sistemas inteligentes en estos centros de vigilancia (C5) es esencial para mejorar la calidad de vida y la sensación de seguridad de los ciudadanos.
Un Sistema Inteligente es una red de elementos que trabajan juntos para resolver problemas complejos de forma automática y eficaz mediante la colaboración entre personas y tecnologías. Los Sistemas Inteligentes tienen capacidades cognitivas y son capaces de adaptarse y seguir comportamientos basados en la racionalidad y las normas sociales.
Una de las principales herramientas de los Sistemas Inteligentes es la Inteligencia Artificial (IA), que puede resultar muy útil cuando se aplica a la seguridad pública, especialmente en Centros de Comando (C5) que manejan mucha información visual a diario. Las herramientas basadas en IA, como el reconocimiento facial, la gestión de multitudes y la detección de objetos, pueden aplicarse a la seguridad pública con muchas ventajas, como el aumento de la productividad, la optimización de los flujos de trabajo, la predicción de situaciones peligrosas basada en información previamente aprendida, el aprendizaje de similitudes y patrones relacionados con delitos, entre otras ventajas.
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Este tipo de tecnología será una parte crucial de la seguridad pública en el futuro, ya que resolverá muchas de las áreas de oportunidad de mejora existentes en la videovigilancia. Estos sistemas inteligentes no sustituirán al elemento humano de los centros de vigilancia. Al contrario, los complementarán. La colaboración entre humanos y tecnología, en la que ambos se consideren colegas, será uno de los signos del futuro. Es imperativo que empecemos a desarrollar esa relación hoy mismo, sobre todo porque mejorará la calidad de vida de todas las personas.
En México, algunos estados como Jalisco, Puebla y Querétaro están comenzando a utilizar la videovigilancia basada en IA, lo que demuestra que los avances tecnológicos no son exclusivos de naciones como Estados Unidos, China o Japón, que actualmente lideran la industria de la videovigilancia con IA.
En Algotive, nos especializamos en soluciones que aumentan la productividad de las personas usando Inteligencia Artificial Autónoma. Una de ellas, vehicleDRX, trabaja en colaboración con los gobiernos estatales y los oficiales en Centros de Comando para hacer frente a muchos de los delitos que aquejan diariamente a los ciudadanos.